Viviendo la Vida Rica

por Padre John McCloskey

A comienzos de 1999 el Papa viajó a México en visita a Nuestra Señora de Guadalupe, y para emitir la exhortación apostólica Postsinodal titulada "La Iglesia en América", culminando así el Sínodo de las Américas realizado en Roma en 1997. Cuando el Papa habla de toda América (Norte, Central y Sur), se refiere simplemente a "América". En mi opinión él quería visitar México y Estados Unidos en el mismo viaje para destacar la importancia de la solidaridad entre ambos países. Intencionalmente o no, el viaje puso de relieve el contraste entre el país más rico del mundo y uno de los más pobres.

En cierto momento durante el viaje, el Papa desapareció por un rato. Más tarde se supo que los obispos mexicanos habían organizado una reunión especial con unas doscientas personas entre las más ricas e influyentes de México. Tal reunión es sorprendente en un país donde hay un profundo abismo entre ricos y pobres y donde por décadas ha existido un asedio oficial contra la religión y una persecución por parte del gobierno que se reconoce como ateo. Si bien en su gran mayoría las esposas de los líderes mexicanos son católicas piadosas y devotas, los maridos en su mayoría son católicos no practicantes en el mejor de los casos y en algunos, incluso ávidos masones. Pero el Papa es el Santo Padre de todos nosotros y se reunió con ellos y les pasó directamente el mensaje a peticion de sus hermanos obispos. En efecto, el Papa ya había hablado sobre el tema. En la sección #67 de EIA, el Santo Padre dice: "Como ya lo he señalado, el amor por los pobres debe ser preferencial pero no excluyente. Los Padres del Sínodo observaron que, en parte, debido a una cierta exclusividad en el cuidado pastoral de los pobres, el cuidado pastoral de los sectores líderes de la sociedad, se ha descuidado y por esta razón muchas personas se han alejado de la Iglesia".

Por supuesto que a muchas de las personas ricas o influyentes se las consiente y se las trata con adulación o como máquinas humanas de producción de dinero para los proyectos de la Iglesia, pero muy pocos han sido estimulados espiritualmente para vivir la vida católica en su plenitud radical. Esta omisión ha contribuido en gran medida a la secularización cada vez mayor de países que una vez fueron cristianos, tales como los Estados Unidos. Basta observar los miles de personas bien conocidas en todos los campos : en el gobierno, en la industria del entretenimiento, en los medios de comunicación, medicina, enseñanza, los tribunales, el derecho o los negocios, que están alejados de la Iglesia, o que son católicos nominales o disidentes. Su defección ha tenido un impacto negativo en los demás fieles que ha llevado inevitablemente a un secularismo en la sociedad. Hay demasiados católicos liberales o burgueses y lo suyo no es cristianismo en absoluto.

Dice el Santo Padre: "El daño causado por la difusión del secularismo en estos sectores pone de manifiesto la urgencia de evangelizarlos con el estímulo y la guía de los pastores de la Iglesia que han sido llamados por Dios para cuidar de todos". San Pablo luchó para "ser todas las cosas para todos", y la Iglesia puede y debe hacer lo mismo. La Iglesia cuenta con la ayuda de aquellos (afortunadamente todavía numerosos), que han permanecido fieles a los valores cristianos. La Iglesia "con renovado fervor y métodos actuales, anunciará a Cristo a los líderes, tanto hombres como mujeres, insistiendo especialmente en la formación de las conciencias basados en la doctrina social de la Iglesia. Esta formación servirá como el mejor antídoto para los no pocos casos de inconsistencia y aun de corrupción que marcan las estructuras sociopolíticas. Por el contrario, si se descuida esta evangelización de los líderes, no nos sorprendamos que muchos de ellos sean guiados por criterios extraños al Evangelio y a veces abiertamente en su contra."

El Papa cree que los líderes están llamados a moldear al mundo secular de acuerdo a la voluntad de Dios. Gracias a los fieles laicos, "la presencia de la Iglesia en el mundo se realiza de un modo especial en la variedad de carismas y ministerios que pertenecen a los laicos." Este es el punto clave: "El secularismo es la verdadera marca y distintivo de la persona laica y de la espiritualidad laica, lo que significa que los laicos deben esforzarse en evangelizar los varios sectores de la vida social, familiar, profesional, cultural y política. En un continente marcado por la competitividad, la agresividad, el consumismo sin frenos y la corrupción, los laicos están llamados a personificar profundamente los valores evangélicos tales como la misericordia, el perdón, la honestidad, la transparencia de corazón y la paciencia en las situaciones dificiles. Se espera de los laicos un gran esfuerzo creativo en sus actividades y obras que demuestren una vida en armonía con el Evangelio.

La forma en que los poderosos e influyentes vivan en sus hogares, en el trabajo y en su vida social, tendrá una influencia desproporcionada, para bien o para mal, en los cientos de miles y aún millones de nuestros conciudadanos, así como en todo el mundo que cada vez está más interconectado. En efecto, la influencia de las élites americanas al comienzo de este tercer milenio es quizás aún más penetrante globalmente que la que ejercieron los griegos o los romanos a inicios del primer milenio,

Cómo difieren las necesidades espirituales de los ricos respecto de las de los menos afortunados o privilegiados? No son esencialmente distintas. Todos están llamados a la santidad por medio del Bautismo, y los medios son los mismos: vivir como Cristo de acuerdo con el Evangelio, frecuentar los Sacramentos, la oración, el amor a la Cruz, y el celo por las almas. No obstante, en lo accidental, son diferentes, por el hecho que los ricos tienen que vivir un combate mucho mayor para desprenderse y ser generosos en todo lo que se refiere a los bienes materiales que han recibido, de forma que puedan darse a sí mismos por completo a Dios y a los demás.

En una concordancia clásica de la Biblia, hay seis páginas enteras de la Sagrada Escritura que tratan de los ricos y las riquezas, bajo diferentes títulos. Las páginas están repletas de pasajes terribles y desafiantes. Veamos tres solamente.

1) "Los que quieren enriquecerse caen en tentaciones, en lazos y en muchas codicias locas y perniciosas, que hunden a los hombres en la perdición y en la ruina, porque la raíz de todos los males es la avaricia, y muchos, por dejarse llevar de ella, se extravían de la fe y se atormentan a sí mismos con muchos dolores (1Tim 6: 9-10).

2) "No os hagáis tesoros en la tierra donde el moho y la polilla los consumen, y donde los ladrones entran. Haceos más bien tesoros en el cielo donde ni el ladrón llega ni la polilla roe. Porque donde está vuestro tesoro, allí estará vuestro corazón (MT 6, 19:21)

3) "Díjole Jesús: si quieres ser perfecto, ve, vende cuanto tienes, dalo a los pobres, y tendrás un tesoro en los cielos, y ven y sígueme" (MT 19:21). No hay excepciones a la obligación de "hacer tesoros en el cielo" a pesar de la pesada carga de las riquezas de la tierra.

El Papa Juan Pablo denomina "la cultura de la muerte" a nuestra sociedad secular, basada en un crudo individualismo y en un apasionado consumismo. Hay una clara relación entre el individualismo y el consumo material, por una parte, y por la otra una falta de amor y de reverencia por la vida. Para comenzar a construir una "cultura de la vida", se requiere un entendimiento cabal del significado del "personalismo", en oposicion al "individualismo": El ser humano como dador en vez de receptor, podría decirse, y "del sincero don de sí mismo", que es el propósito de toda búsqueda espiritual. La especial carga de las riquezas les obliga, antes que nada, a encontrar los medios para liberarse de su absorción en las cosas materiales. En realidad deberían abocarse a un "programa de doce pasos", para alcanzar el desprendimiento, tal como el que sigue:

1) Vivir modestamente, dada su riqueza y posición. "Tengan la mentalidad de los padres de una familia pobre y numerosa", decía el Fundador del Opus Dei, San Josemaría Escrivá (cfr. Amigos de Dios, números 110-126). Que la gente se vea sorprendida al conocer su posición financiera. Busquen siempre vivir a un nivel o dos por debajo de sus colegas. Eviten la ostentación, y sean los últimos (no los primeros) del vecindario en adquirir el último aparato de lujo. Tengan cuidado de no multiplicar sus posesiones. Cuántas computadoras, televisiones, carros, etc., se necesitan realmente?

Bajen y no suban de importancia.

2) Den y den generosamente, siguiendo ahora la sugerencia de Madre Teresa, "Dad hasta que duela". Den prudentemente de acuerdo a sus metas religiosas, políticas y sociales. Por lo general no dejen su dinero a fundaciones, en la confianza que otras personas seguirán sus metas, a menos que tengan la certeza moral de que así lo harán, o el dinero se liquidará rápidamente en un plazo fijo después de su muerte. Sigan la ambición de un conocido filántropo católico, Tom Monaghan, y del fallecido William E. Simon, ex Secretario del Tesoro, de "morir en la quiebra". Hasta donde sea posible, que su cuenta bancaria esté en cero al momento de su muerte. Mientras más dinero hagan, más alto deberá ser el porcentaje de lo que donen. De igual forma, así como tratan de vivir por debajo de su nivel de ingreso, deberían tratar de dar por arriba de dicho nivel. La gente debería quedar sorprendida de que alguien que "sólo" gana tanto, esté dando tan generosamente a una buena causa.

3) Dejen poco dinero a sus hijos. No les arruinen la vida tentándolos a no trabajar tan duramente como ustedes. La evidencia es clara: los hijos nacidos en hogares privilegiados, raramente tienen la oportunidad de experimentar el gozo que viene de dar la batalla y triunfar. O para ponerlo en negativo, si tu situación financiera está arreglada al llegar a los 21 años, se produce una tremenda tentación de pereza y complacencia. Por lo general, las grandes riquezas heredadas producen graves divisiones en las familias con sus consecuentes tragedias: divorcios, adicciones, suicidios, etc.

4) Tengan una familia numerosa. Ustedes pueden permitirse el lujo¡ Eso asegurará una cierta pobreza y desprendimiento. Para empezar, fijense en los altos costos que tendran que pagar para enviar a sus hijos a las universidades. Comuniquen al menos este mensaje alto y claro a sus hijos y nietos. Tanto Europa Occidental como los Estados Unidos y Canadá están cometiendo suicidios continentales cada vez más rápidamente a través de la anticoncepción. Todos estos países están prácticamente por debajo de la tasa de reposición, algunos de ellos a niveles muy alarmantes. Independientemente de las políticas oficiales, sólo las parejas amantes y generosas podrán asegurar la posibilidad de una futura "cultura de la vida".

5) Es parte del plan de Dios que la mayoría de la gente viva en una familia y encuentre allí su felicidad. Ya lo dijo el Papa, "El futuro de la Iglesia pasa por la familia". El individualismo y el consumismo tienden a erosionar los lazos familiares. Escuchen las conversaciones en su casa. Deberían girar frecuentemente alrededor de Dios, de las personas y el servicio y tener un tono positivo. Una familia donde se discute frecuentemente la adquisición de cosas, refleja una familia que vive sólo para este mundo, dando muy poco pensamiento al otro. Asegúrense que nadie en su familia lleve con convicción la camiseta que yo veía cuando trabajaba como Capellán en el campus de una universidad Ivy League, que decía, "El que muera con el mayor número de jueguetes, gana¡". La vida es servicio, no adquisición. Es mas importante lo que uno es que lo que uno posee..

6) Regale o tire todo aquello que no necesita. Los objetos que poseemos y que no usamos, con el transcurso del tiempo adquieren una curiosa forma de tomar posesión de nosotros, hasta que un día nos despertamos más amarrados que Gulliver en el país de los Liliputienses. Tener pocas posesiones es una buena forma de vivir la justicia social, ya sea que los donemos o que las convirtamos en dinero que puede donarse a los necesitados. Si en un año no ha usado algo, probablemente es porque no lo necesita. Haga que las cosas le duren. Recuerde que el apego a las cosas materiales en el mundo, hay que quemarlo después en el Purgatorio si queremos entrar al cielo. Mejor ahora que no después.

7) Trate con orden y nitidez las cosas materiales. Afortunadamente muchos de los artículos de uso personal, desde carros hasta cuchillas de afeitar son ahora de mejor calidad y duran mucho más sin necesidad de estar reparándolos. Debemos cuidarlos como lo haría Jeeves si trabajara a tiempo completo para nosotros.

8) Evite las compras impulsivas, los antojos y caprichos. En gran medida nuestra economía de mercado está basada en atraernos a comprar cosas superfluas o demasiadas cosas útiles (super size it¡) y son muy buenos para eso. Revise su armario, sus cajones, el sótano y el garaje y verán los resultados, o también el peso que registra su balanza. Consulte con su cónyuge acerca de las compras. Revise cuidadosamente a fin de mes adónde está yendo su dinero, analice detenidamente los estados de cuenta del banco y de las tarjetas de crédito. Pregúntese cuánto bien hubiera podido hacer con ese dinero si no no lo hubiera gastado en usted mismo.

9) Evite las ocasiones de pecado, próximas o lejanas, en relación con sus compras y adquisiciones, ya sea en los centros comerciales, en los catálogos o en el Internet. Para algunas personas la tentación está en las tiendas de computadoras, para otras en las librerías o en las tiendas de accesorios para jugar golf, y para otros virtualmente cualquier tienda ante la cual se encuentran impotentes, con la tarjeta de crédito prácticamente saltándoles de la cartera o de la billetera. Manténgase alejado de su fuente particular de tentación de consumismo. El Internet puede ser la más insidiosa fuente de "concupiscencia de los ojos". Un par de teclas y su "carrito de compras" se llena a rebalsar¡ No se invente necesidades. Tiene más el que necesita menos. Podría usted vivir sin eso?

10) Practique al menos una obra de misericordia corporal cada semana, ya sea solo o con amistades o la familia. "Lo que hiciereis por uno de mis hermanos más necesitados, por mí lo hacéis". Esto es esencial. Usted y su familia pueden pasar semanas y meses sin tomar contacto con la verdadera miseria de la condición humana en esta nuestra sociedad antiséptica. Es una paradoja que en nuestro país tan próspero, existen más personas solas, ancianas, adictas, presas, explotadas, abusadas y sin techo que en cualquier otra parte del mundo. Para ellos la necesidad no es de cheques o programas estatales. Lo que necesitan es amor y compañía.

11) Contemple el Via Crucis y medite en la pasión, muerte y resurrección del Señor. Allí es donde encontrará lo que cuenta de verdad. El resto es basura, Mida todo con ese standard. Zaqueo el rico, tuvo que subir a un árbol para poder ver bien a Jesús. El árbol que nosotros tenemos que escalar es el de la Cruz. El Santo Padre se esfuerza en rezar diario el Via Crucis aunque sea una versión breve. Puede usted excusarse con el pretexto de que no tiene tiempo?

12) Que la pobreza, el desprendimiento y la generosidad constituyan un tema regular en su confesión sacramental y en su dirección espiritual. Permita a su director espiritual que le pida cuentas sobre estos aspectos. Para que Cristo nos llene a través de los sacramentos, la oración y la Sagrada Escritura, tenemos que vaciarnos continuamente de nosotros mismos en todo sentido, no sólo internamente sino también exteriormente. A la hora de nuestro juicio particular no estaremos "desnudos frente a nuestros enemigos" sino transparentes ante nuestro Amigo. Tenemos que estar totalmente despojados de todo lo que no sea El, a fin de poder recibir la recompensa que nos espera.

Por supuesto que este programa en todos sus puntos, nos concierne a todos, pero los ricos, los poderosos y los influyentes tienen una particular responsabilidad de tratar de vivirlo, ya que ellos tienen mayor riesgo de perder sus almas, en consideración de los dones recibidos para mayor gloria de Dios y servicio al prójimo. En su acertado libro "El surgimiento del Cristianismo" (The rise of Christianity), Rodney Stark destaca que, contrario a lo que se cree generalmente y a los análisis históricos, en los primeros siglos de Cristianismo, el Evangelio se predicó más exitosamente no a los pobres y desamparados, sino que a la clase media más próspera y a las clases altas más educadas. Desde el siglo segundo ya habían matronas de la sociedad, miembros de la casa imperial y altos oficiales del ejército romano que se habían convertido al Cristianismo. Si la visión del Papa Juan Pablo II de una "nueva primavera de la Iglesia" que con el tiempo pueda contribuir a crear una "civilización de amor y verdad" en nuestro país, va a realizarse en este nuevo siglo, entonces las élites deben volverse no sólo devotas y apostólicas sino también "pobres de espíritu".

Cómo lograr eso? Ya les he dado algunas ideas en este artículo pero ustedes tienen que responder por sí mismos la pregunta a la luz de la oración y dirección espiritual. Permítanme sin embargo sugerir que se acojan a la intercesión de Nuestra Señora de Guadalupe, "Estrella de la Nueva Evangelización". Quizás Ella pueda explicar por qué esta sociedad norteamericana, consumista, individualista y hedonista produce tanta gente infeliz, solitaria, violenta y neurótica, mientras que al "sur de la frontera" en México tanta gente pobre según nuestros parámetros son tan felices. Ella se apareció a un humilde indio, no a un rico. Pidámosle su intercesión para encontrar nuestra felicidad en la Cruz–y la Resurrección–de su Hijo, y no en la adquisición de bienes.