Abundancia Americana
Critica Literaria por el Padre John McCloskey
Lawrence Kudlow es uno de nuestros más importantes economistas políticos. Su primer libro, Abundancia Americana es una colección de escritos sobre política y políticas económicas en los últimos cinco años de prosperidad. Junto con otros escritores que abogan por el sistema de economía de oferta, tales como George Gilder and Jude Wanniski, presenta un enfoque positivo de ese campo. Si bien por diferentes razones, los tres autores tienen en común un enfoque generalmente optimista de nuestro futuro económico, una fuerte confianza en el poder de la gente común y corriente, y una desconfianza igualmente fuerte de las élites políticas y del estado beneficencia.
Basta un botón como muestra de este optimismo desenfrenado:
En el inicio de este siglo 21, los Estados Unidos están viviendo una prolongada ola de prosperidad que comenzó hace 15 años y que bien podría continuar ininterrumpidamente hasta 2020 ó 2030. Los precios en los mercados de valores han subido, el crecimiento económico es más rápido, la inflación y el desempleo se han reducido, el cambio tecnológico es mayor, las condiciones sociales ofrecen mayor esperanza, el ánimo del pueblo refleja más confianza y el futuro de la nación luce más brillante de lo que nadie hubiera concebido hace quince o veinte años, cuando en la vida americana predominaban el pesimismo y la ansiedad.
Este punto de vista lo lleva a un argumento que es atractivo pero a la vez es problemático e incompleto. El autor sostiene que esta prosperidad económica está produciendo una prosperidad moral en el país. Pareciera que en la medida en que el pueblo disfruta de un standard de vida decente, la gente estará menos inclinada a robar, mutilar o matar para lograr el sustento. Argumenta, por ejemplo que la reciente reducción de la criminalidad está vinculada a la prolongada ola de prosperidad que comenzó en 1982. Señala que "la abundancia americana está determinando la conducta y el comportamiento moral, así como también la esfera comercial". Concuerda con varios otros observadores desde Adam Smith hasta William Bennett que "el trabajo tiene su propia virtud" y que el "último cuarto de siglo ha enseñado a los políticos una dura y humillante lección: que hay límites reales para lo que el estado puede hacer, principalmente cuando se trata de impartir las virtudes y formar el temple". Kudlow señala que "una de las más grandes decisiones del siglo 20, fue cuando en 1996 el Congreso desmanteló el estado de beneficencia, y estableció estrictos límites de tiempo y de reglas para el trabajo".
El autor trata además de argumentar a favor de un "Cuarto Gran Despertar", citando con beneplácito a Robert W. Fogel, economista de la Universidad de Chicago: "El nuevo renacimiento religioso se alimenta de un rechazo a la corrupción de la sociedad contemporánea. Es una rebelión en contra de la preocupación por las adquisiciones materiales y los excesos sexuales; en contra de la indulgencia en el uso del alcohol, del tabaco, de los juegos y de las drogas; en contra de la glotonería, de la codicia financiera y de otras formas de auto indulgencia que encandilan los sentidos y destruyen el alma". Lo siento, Larry, pero no me convence ese argumento. Mira nuestras películas, la literatura, el arte, la música, la propaganda, la televisión y el liderazgo nacional. Los precios del mercado de valores, el standard de vida y la tasa de empleo podrán estar en sus niveles más altos en este país, pero la moral y la moralidad personal no habían estado jamás tan bajas, como lo demuestran todos los índices de la vida marital y familiar. Una verdadera renovación religiosa, en contraste con un simple rejuvenecimiento debe basarse en el dogma y la autoridad y no en el "entusiasmo". Los actuales altos y bajos del movimiento "Cumpliendo la promesa", pueden servir de ejemplo.
Cada vez más resulta más justo y exacto decir que hay dos Américas. Un grupo de gente en el país lo componen los cristianos bíblicos y los fieles católicos que poseen los standards y las convicciones basados en la ley natural, la Biblia y el magisterio de la Iglesia Católica y tratan de vivir de acuerdo a ellos. El otro grupo, cualquiera que sea su afiliación religiosa, no cree en una verdad moral normativa o en un Dios ante quien deben responder en esta vida y en la próxima según hayan sido sus acciones en esta vida. Estas culturas están en un conflicto irreconciliable, la cultura de la vida y de la verdad, versus la cultura de la muerte. La una proclama la verdad, la otra proclama que la verdad no existe. Una de las dos va a prevalecer con el tiempo. Según lo dice Whittaker Chambers, "La economía no es el problema central de nuestra era. Es la Fe".
La encíclica "económica", por así llamarla, de Juan Pablo II Centesimus Annus lo dice de mejor manera: "Una cierta cultura revela su comprensión integral de la vida, a través de las decisiones que toma en cuanto a producción y consumo… Es aquí donde surge el fenómeno del consumismo. Si se apela directamente a los instintos humanos –ignorando de diversas formas la realidad de la persona como ser inteligente y libre-, se da lugar a actitudes y estilos de vida que son objetivamente inapropiados y a menudo dañinos para la salud física y espiritual del individuo. El deseo de vivir mejor no tiene nada de malo. Lo malo es cuando se vive un estilo de vida que presume de ser mejor y va dirigido a "tener" más que a "ser" y que desea tener más no para ser más sino para convertir el disfrute de la vida en un fin en sí mismo". En otro sitio de la encíclica el Papa claramente suscribe el sistema de libre comercio como la mejor alternativa para el bien del ser humano y de la familia pero no se hace ilusiones en lo que respecta a su capacidad de superar el pecado original en sus diversas manifestaciones.
Kudlow posee múltiples credenciales incluyendo su experiencia en el gobierno, en Wall Street y en el ámbito del periodismo político. Fue Subsecretario de Administración y Presupuesto en el gobierno de Ronald Reagan, uno de los primeros que abogaron por la doctrina a favor de la economía de la oferta en la década de los ochentas. Luego de cumplir su servicio en Washington pasó a ser el economista jefe de la poderosa institución financiera Bear, Stearns de Wall Street, y luego se desempeñó como editor económico de la prestigiosa publicación conservadora "National Review" que sale dos veces por semana. Actualmente es el economista jefe de American Skandia en Connecticut. Kudlow sufrió de una adicción a la cocaína que ha sido ampliamente discutida en público y sobre la cual con toda honestidad asume su responsabilidad en un prolongado y desvastador prólogo. Reconoce su total dependencia de Dios y de sus muchos y leales amigos a quienes debe su constante recuperación para poder salir del abismo de una experiencia que casi le causa la muerte. Sus escritos reflejan su profunda convicción de que siempre es posible reformarse y por cierto, también de resucitar a una nueva vida.
Kudlow posee un estilo de prosa accesible al lector común y corriente y demuestra un conocimiento profundo de la historia que hace recordar a uno de los más grandes autores económicos, el inglés del siglo 19 Walter Bagehot, al combinar su sólido conocimiento sobre la dinámica de los mundos de la economía y de la política, presentando una singular percepción de los actuales acontecimientos económicos. Las viejas noticias económicas no son interesantes por lo general pero Kudlow las vuelve interesantes. Constituye